casa de campo
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🚶♂️ De Agua y Caballos
Ruta desde el Lago de la Casa de Campo hasta el Hipódromo de la Zarzuela
🌅 1. El Comienzo: Entre Remo y Silencio
Madrid, la ciudad de los cielos inmensos y los atardeceres infinitos, esconde entre su agitada vida urbana espacios donde el tiempo parece detenerse. Uno de esos lugares es el Lago de la Casa de Campo, donde comienza nuestra ruta.
Son las 9:30 de la mañana. El vapor de la niebla aún flota sobre el agua. Algunas barcas rompen el reflejo del cielo en suaves ondas. En la terraza de un pequeño bar, humean los primeros cafés mientras se escuchan los saludos de los caminantes madrugadores.
—»Hoy llegamos hasta el Hipódromo», dice Luis ajustándose las zapatillas.
—»¿Siete kilómetros? ¿Seguro?»
—»Siete y medio, con suerte de no perdernos», responde Laura, sonriendo.
🌳 2. Caminando entre Historia y Naturaleza
La ruta empieza en la parte norte del Lago. Pronto el sendero se interna entre pinos, eucaliptos y encinas, y el bullicio de la ciudad se desvanece tras el susurro del viento entre las ramas.
Este bosque es parte de la histórica Casa de Campo, un terreno que fue coto de caza real desde el siglo XVI gracias a Felipe II. Hoy, es el pulmón de Madrid y uno de los parques urbanos más grandes de Europa.
Se cruzan con corredores, ciclistas, paseantes solitarios, familias… Todos forman parte de un pequeño ecosistema urbano-natural donde el tiempo fluye de otra manera. El camino sigue, amplio, en silencio, salvo por las risas de unos jóvenes que pasan corriendo:
—»¡El último paga las cañas!»
🖼️ 3. Encuentros y Pensamientos
A mitad de camino, en una explanada con bancos de piedra, un hombre mayor dibuja en su cuaderno.
—»¿Qué pintas?»
—»Los árboles… y lo que no se ve.»
—»¿Cómo es eso?»
—»Los silencios. Aquí hay muchos.»
El sol empieza a calentar, y las hojas centellean. Se respira calma, un silencio vibrante, lleno de pequeñas cosas: pájaros, crujidos, viento. La ruta sigue avanzando suavemente hacia el río.
🌊 4. Junto al Manzanares: Agua Serena
El río Manzanares aparece tímido a la izquierda, con su curso lento y sus orillas verdes. Aquí no es el río turístico de Madrid Río, sino uno más salvaje, íntimo, lleno de cañas, juncos y sorpresas. Una garza se alza en vuelo. Una tortuga se zambulle.
Mientras caminan junto al río, se habla menos. La naturaleza domina. Cada paso es una forma de respirar más hondo. Pero ya es hora de una pausa… y no cualquier pausa.
🧺 5. El Picnic: Almuerzo entre Encinas
En una pequeña zona de merenderos junto al río, semioculta entre árboles, el grupo decide parar. Es hora de picnic. Extienden una manta sobre la hierba, y despliegan los manjares:
🥖 Bocadillo de calamares
🥚 Tortilla casera
🥓 Jamón serrano
🍊 Mandarinas
🍫 Tableta de chocolate con almendras
💧 Agua bien fría
—»Este es el momento estrella de la ruta», comenta Luis con una sonrisa.
—»Y pensar que esto está a veinte minutos del metro…»
Durante una hora completa, descansan. No hay móviles. Solo comida, sombra y el sonido del río. Se acercan unos ciclistas. Saludos, conversación ligera, alguna anécdota:
—»Más adelante, cuidado con los conejos… y los jabalíes.»
Al terminar, lo recogen todo. No queda ni una miga. El cuerpo agradece la pausa. El alma, también.
🪖 6. Subida al Cerro Garabitas: Vistas y Ecos del Pasado
Desde el picnic, el sendero se eleva suavemente. Se inicia la subida al Cerro de Garabitas, uno de los puntos más altos del parque. Este lugar fue un enclave estratégico durante la Guerra Civil.
Hoy, es un mirador natural. Desde lo alto se ve todo Madrid: el Palacio Real, las torres de la Castellana, la cúpula de San Francisco el Grande. Las cicatrices del pasado están enterradas, pero la memoria queda.
El descenso se hace por un sendero sinuoso entre encinas. Se oyen pájaros, se ve algún conejo cruzar veloz. El camino gira hacia el oeste.
🏇 7. Últimos Pasos hacia el Hipódromo
La ruta toma dirección noroeste. El paisaje cambia: más abierto, más soleado. A lo lejos, ya se divisa el Hipódromo de la Zarzuela, joya arquitectónica de los años 40, diseñado por Eduardo Torroja.
Se cruzan con un jinete a caballo.
—»Van hacia la Zarzuela, ¿verdad? Hoy hay carreras.»
—»¡Vamos a tiempo entonces!»
Y, efectivamente, llegan justo cuando suena la trompeta que anuncia el inicio. Gente bien vestida, ambiente festivo, familias enteras disfrutando del espectáculo.
—»¿Lo ves? Hemos llegado.»
—»Y aún queda chocolate», dice Laura, sacando una onza triunfal.
Desde las gradas, ven galopar a los caballos sobre la arena. El viento les acaricia la cara. Madrid late a otro ritmo aquí.
🧭 Ficha Técnica de la Ruta
| 🟢 Inicio | Lago de la Casa de Campo |
|---|---|
| 🗺️ Ruta | Lago → Camino de los Romeros → Río Manzanares → Picnic → Cerro Garabitas → Hipódromo |
| 📏 Distancia | 7,5 km aproximadamente |
| ⏱️ Duración | 3 a 3,5 horas (incluyendo picnic de 1 h) |
| 📈 Dificultad | Media-baja |
| 👌 Ideal para | Senderismo suave, fotografía, picnic, historia urbana |
✨ Reflexión Final: Madrid a Otro Ritmo
Esta ruta no es solo una caminata. Es una forma de reconectar con lo esencial. Entre el murmullo del agua, el canto de los pájaros, los dibujos en libretas y los bocados compartidos, Madrid muestra su cara más íntima y bella.
Porque no todo en la ciudad está hecho de ruido y prisas. También hay tiempo para la contemplación, para el paso lento, para el encuentro. Esta ruta es la prueba de que aún se puede viajar sin salir. Solo hay que caminar y mirar.
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